sábado, 29 de octubre de 2011

Ejemplo del Reportaje

J.K. Rowling: Sueños que se hacen realidad...



J.K. Rowling: Sueños que se hacen realidad...

Sucedió durante las Navidades de 2001, justo poco después del estreno cinematográfico de "Harry Potter y la piedra filosofal". Me encontraba en una pequeña librería, de esas en las que el trato con el comprador suele conciliar la cortesía con la profesionalidad. Al tratarse de una época festiva y en la que un regalo cobra un signi-ficado muy especial, la tienda se hallaba repleta de clientes, desta-cando en un rincón un ruidoso grupo de mocosos. Sus disputas, siempre dentro de los habituales pataleos que de vez en cuando se producen entre los menores de edad, no versaban ni sobre cuál era el mejor equipo de fútbol del mundo ni si Sonic o Mario eran los personajes más carismáticos de la industria del videojuego. El ca-so es que tampoco se pavoneaban de aquello que se ha convertido en uno de los mayores lastres de la sociedad contemporánea, esto es, de llevar una determinada ropa de marca o unas carísimas za-patillas deportivas. No, su tema de discusión se debía a que unos se vanagloriaban por el simple hecho de haber leído enteras todas las novelas editadas hasta aquella fecha del famoso mago que con tanto éxito Chris Columbus había trasladado a la pantalla grande.

La causante de semejante escena no era otra que J.K. Rowling, flaman-te Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2003 debido, según el Jura-do que se lo otorgó, a «las caracte-rísticas de su obra, que trasciende el ámbito literario, para convertirse en un vínculo de unión entre continentes y generaciones que promueve la imagi-nación como fuente de libertad al ser-vicio del bien y la cooperación y la so-lidaridad entre las personas». Como ella misma declaró en el discurso que preparó para la ceremonia en el que recogió dicho galardón, su intención a la hora de crear el universo en el que transcurren las aventuras de Harry Potter «no fue ni enseñar ni predicar a los niños. De hecho, creo que salvo raras excepciones, las obras de ficción infantil su-fren si el autor o autora está más interesado en instruir a sus lec-tores que en cautivarlos con un cuento. Sin embargo, siempre he creído que los libros de Harry Potter son altamente morales. Quise representar las ambigüedades de una sociedad donde la intoleran-cia, la crueldad, la hipocresía y la corrupción abundan, para demos-trar mejor lo heroico que es, cualquiera que sea tu edad, luchar en una batalla que nunca se ganará».
 
Nos encontramos, pues, ante un fenómeno sociológico en el que, según palabras de su propia autora, no prima tanto el mensaje, que existe, como el deseo de despertar una imagi-nación en ocasiones demasiado adormecida por la dura rea-lidad. Los detractores de Rowling, bastante abundantes, argumen-tan que la escritora actualmente tan sólo tiene sus ojos puestos en proteger escrupulosamente a los personajes que ella misma ha creado y en incrementar su fortuna personal (así, en mayo de 2004 una obra de teatro londinense tuvo que ser modificada porque algu-nos de sus fragmentos se referían al aprendiz de mago y sus haza-ñas, algo que no está permitido, pues Warner Brothers posee los derechos de toda producción musical o teatral relacionada con esta franquicia hasta el año 2007). Por supuesto, los hay que también la tachan de venderse a lo comercial y de redactar textos de dudosa calidad artística.

Para rebatir dichas opiniones habría que hacerse la siguiente pregunta: ¿cómo consiguió alcanzar esta mujer la popularidad de la que ahora mismo goza? ¿Consistió todo en una espec-tacular campaña de marketing o, por contra, el fenómeno de Harry Potter desbordó las previsiones más optimis-tas de su propia artífice? Joanne Row-ling nació el 31 de julio de 1965 en Yate, Inglaterra. Tras graduarse, ejer-ció de maestra, hasta que un día de 1990, y a causa de un retraso de cua-tro horas en el tren que cubría la línea entre Manchester y Londres, creó al personaje que daría pie a toda una saga de magia y aventuras. Una vez terminó el libro, algo que le llevó seis años y todo ello mientras atravesaba una difícil crisis económica, tuvo la suerte de encontrar un agente literario que la representara (Christopher Little), pero no una editorial que quisiera publicar una obra dedicada al público in-fantil y juvenil pero cuyo grosor era significativamente superior al habitual en este tipo de títulos. Envió manuscritos a un buen núme-ro de editoriales, pero todas los rechazaron. Sin embargo, una de ellas finalmente sí aceptó lanzar al mercado su trabajo: Bloomsbu-ry. Poco a poco "Harry Potter y la piedra filosofal" comenzó a ven-derse muy bien, y ello sin apenas haberse publicitado, aunque sí es verdad que obtuvo algún que otro reconocimiento por parte de la crítica especializada. Su lanzamiento en Estados Unidos también resultó todo un éxito, de ahí que la Warner pronto se hiciera con los derechos de sus novelas para acrecentar aún más el mito que había brotado de su mente.
 
En todo caso, son muchas las voces autorizadas que han de-fendido el trabajo de J. K. Rowling. Así, Pilar García Mouton, pro-fesora de Investigación en el Instituto de la Lengua Española del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, comentó en su día de forma positiva que, «en una época en la que la lectura parecía una batalla perdida, [...] niños de muchos países luchen por poder leer libros de cientos de páginas. La imaginación de esos millones de niños de todo el mundo tendrá siempre en esos textos un lugar de encuentro que será un lazo de paz para toda una generación". Rosa Navarro, catedrática de Literatura Española de la Universi-dad de Barcelona, también declaró que «la fuerza de las aventuras de Harry Potter es tal que los jóvenes han aprendido inglés para poder leerlo en cuanto apareciera en el mercado. El poder que emana de estas obras lleva a la lectura o al aprendizaje: dos activi-dades que proporcionan enormes beneficios a la persona». Incluso Ana María Matute ha llegado a ensalzar la vertiente «políticamen-te incorrecta» de estas obras. Según ella, los niños se han alejado de la lectura porque viven bajo «lo políticamente correcto, que como todo lo impuesto, es horrendo».

Son, en definitiva, comentarios y puntos de vista personales que se han de respetar, al igual que los de aquellos que no sienten simpatía al-guna por todo lo que tenga que ver con el mundo de Harry Potter. Sin embargo, creo que las películas es-tán tomando su propio camino y, no como en "Harry Potter y la pie-dra filosofal", intentan atenerse más a una estructura cinematográ-fica que literaria. Por supuesto que Rowling, como casi cualquier autor que expresa sus inquietudes por me-dio de una obra artística, bebe de nu-merosas fuentes y no es del todo original, mas ella misma lo reco-noce así y es una estupenda forma de que sus lectores se intere-sen por algunas mitologías y leyendas a las que de otra forma nun-ca les hubieran prestado atención. Por otra parte, el lector más jo-ven va creciendo al mismo tiempo que los protagonistas de la saga, haciéndose las habituales preguntas y enfrentándose a los mismos problemas que un adolescente cualquiera, mas todo ello sin olvidar que debemos dejar un huequecito en nuestro corazón para la ma-gia y las ilusiones. Cierto que todos hemos de arrostrar la severi-dad que a veces se presenta sin aviso en nuestras vidas, pero qui-zás una fértil imaginación pueda servirnos de ayuda para seguir adelante y no dejarnos consumir por la adversidad. Si todo ello lo ha conseguido J.K. Rowling en alguna persona, bienvenidos sean sus libros...

Fuentes consultadas: Europa Press; Fundación Príncipe de Asturias; HarryLatino.Com; Internet Movie Data Base. 

 

3 comentarios:

  1. podrian ayudarme quisiera saber cual es la estructura de este reportaje

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  2. enserio lo necesito , hay alguien

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  3. que clase de reportaje es

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